20/6/08

La guerra como concepto

Ahora la guerra está lejos de lo que fue en los viejos tiempos. El desarrollo de la tecnología de las armas ha avanzado y multiplicado tanto su potencial destructivo que un conflicto bélico entre grandes potencias amenazaría no sólo la supervivencia de los países afectados, sino la de todo el planeta. No importan a estas alturas ni el coraje de los guerreros ni el tamaño de los ejércitos, sólo la enorme capacidad destructiva del armamento militar de un país u otro. Incluso antes de las bombas atómicas, las dos grandes guerras mundiales mostraron cuán superadas quedaban las antiguas contiendas. Y qué fácil era causar millones de muertos, y muchos más civiles que militares, hasta aniquilar poblaciones enteras. Las guerras antiguas, antes del uso de la pólvora y los bombardeos, eran en comparación muy limitadas. Eran, paradójicamente más humanas, pues se basaban en la lucha cuerpo a cuerpo y permitían hablar de un arte de la guerra, y celebrar en la épica a los héroes del combate feroz y sanguinario, donde el valor del individuo era decisivo en la conquista de la victoria.

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